Receta clásica, rendidora y perfecta para congelar
Si hay algo que me transporta directo a la cocina de las abuelas es un buen plato de pastas caseras. Y estos cappellettis de jamón y queso son exactamente eso: tradición, sabor, y ese toque hogareño.
Esta receta es ideal si te gusta cocinar en cantidad. Yo hice muchísimos, así que son perfectos para congelar, tener siempre a mano o incluso vender. Son económicos, rinden muchísimo y quedan tan suaves y perfumados que se derriten en la boca.
Hoy el día estaba ideal para meterse en la cocina: llovía, ese clima perfecto que pide algo casero, calentito y hecho con amor. Vamos paso por paso, al estilo bien clásico, con paciencia, cariño y la seguridad de que, cuando hay masa casera de por medio, el resultado nunca falla.
Ingredientes para 60 Cappellettis
- Masa
Harina 000 o 0000 400gr
Sal fina 20gr
Huevos enteros 3
Agua caliente c/n
- Relleno
Jamón cocido 200gr
Queso cremoso 100gr
Queso mozzarella 100gr
Perejil un poquito
Nuez moscada 1 cucharadita
Pimienta 1 cucharadita
Indicaciones
- Picar el jamón cocido junto con un poco de perejil. Que quede bien finito. pueden usar una picadora eléctrica o de mano como en mi caso.
Rallar la mozzarella y el queso cremoso para que se integren mejor.
Mezclar todo en un bowl y condimentar con nuez moscada y pimienta. No agrego sal porque el jamón y los quesos ya aportan lo necesario.
El relleno debe quedar compacto, aromático y suave al mismo tiempo. - En un bowl mezclar la harina y la sal.
Agregar los huevos en el centro y empezar a mezclar con un tenedor la masa.
Si está muy seca, sumar apenas un chorrito de agua caliente.
Amasar hasta lograr una masa lisa y elástica.
Tapar y dejar descansar mínimo 30 minutos. Esto es clave para poder estirar bien - Estirar la masa bien finita, alrededor de 0,5 mm.
Cortar discos con un cortante de unos 4 cm de diámetro.
Colocar una cucharadita del relleno en el centro.
Humedecer apenas los bordes, cerrar a la mitad formando una medialuna.
Unir las puntas para lograr el clásico cierre de cappelletti.
Para congelar
Colocarlos crudos en una bandeja bien enharinada, llevar al freezer, y cuando estén duros pasarlos a una bolsa. No se pegan y duran perfectos 2/3 meses.
