Esta torta nació de esos días en los que una quiere algo rico, dulce y bien casero, pero sin usar harinas. No por moda, sino porque a veces el cuerpo pide algo diferente… aunque igual sea una bomba deliciosa.
Las nueces recién molidas le dan una textura única, húmeda y suave, y además tienen ese aroma que te llena la cocina y te hace sentir que estás preparando algo especial para compartir.
Es una receta simple, de las que se mezclan rápido y casi se hacen solas, pero el resultado tiene ese toque de pastelería casera que enamora. Y cuando la coronás con dulce de leche, crema chantilly y frutos rojos… es imposible que no guste.
Ideal para una merienda de domingo, para llevar a una reunión, o para darte un mimo sin complicarte la vida.
Detalles
10/12 Porciones
40 Minutos
60 Minutos
Ingredientes
- Torta (sin harina)
Yemas de huevo 4
Claras de huevo 4
Azúcar 220gr
Nueces Molidas 230gr
Coñac (Opcional puede ser ralladura de limón) 1 cucharadita
- Cobertura
Dulce de Leche 400gr
Crema de Leche (Chantilly) 200gr
Frutos Rojos (Pueden ser congelados) 200gr
Indicaciones
- Para la Torta:
- En un bowl, batí 4 yemas con 220 g de azúcar hasta llegar a punto letra (bien espeso, pálido y aireado).
Molé 230 g de nueces. No demasiado, para que queden algunas texturas y no se vuelvan harina.
Agregales a las nueces una cucharadita o chorrito de coñac para aportar humedad y perfume.
En otro bowl, batí las 4 claras a nieve hasta que estén bien firmes.
Incorporá a la mezcla de yemas y azúcar con movimientos envolventes, y luego sumá las nueces molidas. No mezcles de más para no perder el aire del batido. Es importante esto por que la torta no lleva polvo de hornear y el aire es solo del batido de huevos. - Pasá la preparación a un molde de 22 cm, previamente enmantecado o con papel manteca.
Horneá a temperatura media-baja durante 50–60 minutos.
No abras el horno durante los primeros 40 minutos, así no se baja.
Una vez cocida, dejala enfriar. Es normal que baje un poco: así debe quedar. - Armado:
- Cuando la torta esté fría, cubrí toda la superficie con 400 g de dulce de leche. (El que más te guste)
Encima agregá la crema chantilly (200 g de crema batida).
Terminá de decorar con 200 g de frutos rojos (mejor si están fríos o medio congelados para que mantengan la forma), Es importante que los frutos rojos los agregues antes de servir la torta así estas bien frescos.
Y así de fácil tenés una torta sin harina que no parece “sin harina”, húmeda, suave y con ese contraste perfecto entre la nuez, el dulce de leche, la crema y los frutos rojos. Es de esas recetas que no fallan y que siempre se sienten especiales, no importa si la hacés para una merienda tranquila o para compartir con alguien que querés.
Ojalá cuando la prepares te regale el mismo pequeño momento de disfrute que a mí cada vez que la hago.
